Ya es el vacío quien se adueñó,
pataleo con decoro
para no espantar a las viudas de mi situación.
No me desentiendo del sueño,
es el extravío
lo que me hace esperar un nuevo empujón.
¿Quién llenará el hueco de mi corazón?
¿El tiempo?
¿La desesperación?
¿El silencio?
¿O el linyera que vaga entre mi grito y mi canción?
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